La NM no logra recomponerse y
carece de legitimidad popular. Escenario que abre posibilidades para el
desarrollo de la lucha independiente de sectores populares, y también
posibilidades concretas para el desarrollo de la lucha legal-institucional
frente a la debilidad e ilegitimidad de la clase política. Al menos eso podemos
concluir, de manera optimista para el mundo popular, al conocer las cifras de
la encuesta CEP, señalando que el gobierno tiene solo un 30% de aprobación a su
gestión durante estos meses de Nueva Mayoría.
La ciudadanía se está
movilizando, muchas veces de manera espontánea y por cuestiones muy
particulares, buscando recibir el apoyo de otros. Este aumento
de las movilizaciones en los últimos años (con ciclos de ascenso y de calma)
existen dos posibilidades; que se acrecienten y aceleren en este gobierno,
hasta que esa fuerza haga saltar la lucha a una nueva fase, o; que sea
domesticada y enmarcada por una reforma en el sistema político y económico.
Sin embargo, esta supuesta
crisis del bloque dominante, del sistema político y del modelo económico no son
lo suficientemente fuertes, para hacer caer al sistema por sí solo y el
movimiento popular no tiene ni la fuerza ni la alternativa con la cual derribar
y reemplazar a la institucionalidad vigente.
La crisis de legitimidad y
representatividad seguirá acrecentándose mientras no se reforme realmente el
sistema binominal o mientras una fuerza política alternativa de carácter
reformista no ingrese al sistema para reconfigurar el orden de los partidos.
Hoy en día la confianza en los partidos políticos es muy baja y esa
desconfianza sigue en aumento, en los sectores más empobrecidos por el sistema,
quienes han dejado de creer en la clase política. Este escenario indica que
debe comenzar a configurarse un referente contra-hegemónico, que de la
coherencia necesaria a las diversas luchas que hoy se levantan, como una
plataforma para quienes ven la posibilidad de cambio. Finalmente, están las
condiciones para que una fuerza política alternativa de carácter popular y de
clase tenga posibilidades de desarrollo en el mediano plazo y cuente con
condiciones para crecer, fortalecer y fortalecerse en la lucha popular e ir
quebrando las posiciones ganadas por los representantes de la clase dominante.
Los diversos estallidos sociales
en nuestro territorio solo vienen a mostrar que hoy existe un descontento y un
problema de representatividad de las coaliciones que se han mantenido en el
poder hace ya más de 24 años. El modelo de acumulación neoliberal se encuentra
en una crisis estructural que contrapone gobernabilidad con crecimiento. De ahí
que irrumpen otras fuerzas políticas y nuevos actores incluso en el Congreso,
quienes de alguna u otra manera buscan resolver esta contradicción interna del
modelo, provocando en algunos casos, que sectores conservadores de ambas
coaliciones, que antes no tenían confrontación política, hoy estén siendo
confrontados y obligados a sacarse la careta. Ricardo Lagos defendiendo el
modelo neoliberal a ultranza en ICARE es el mejor ejemplo de esto.
Es el momento que las
organizaciones sociales y políticas que verdaderamente quieren cambiar el
sistema económico en Chile tienen una oportunidad de comenzar a configurarse en
una alternativa real al bloque dominante. Esto siempre y cuando se tenga la
claridad de las demandas que tienen y hacen sentido a la ciudadanía. La
articulación y coordinación entre los diversos actores sociales, es un proceso
embrionario, que permitirá avances que delimiten a la clase política a gobernar
para las mayorías.
Es necesario cambiar Chile y hoy
es tiempo de las organizaciones sociales que puedan dar las luchas, que vallan
levantando con más fuerza las demandas populares configurando su propio
instrumento político.
Doris Gonzalez
@doris_gonzalez_
doris.gonzalez@pueblo-libre.cl
https://www.facebook.com/dorisgonzalezlemunao
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