El Ukamau nace como una organización de
las trabajadoras y trabajadores sin casa, para luchar por el derecho a la
vivienda, al barrio, a la ciudad y a una vida buena para nuestras familias y
todas las familias de nuestro país.
En esta lucha, nos hemos dado cuenta que
esto no es posible en un capitalismo neoliberal como el chileno, gobernado por
una corrupta élite político-empresarial. Tampoco, en el marco de la sociedad
capitalista en general, que se basa en la explotación de las trabajadoras y trabajadores
y el empobrecimiento y la exclusión de las mayorías, y donde los beneficios de
la organización social de la producción son privatizados por una minoría, que defiende
activamente sus privilegios, socializa solamente sus pérdidas y costos ambientales,
e impide a través de distintos medios el bienestar generalizado de la población.
Del mismo modo, ante la necesidad de desprenderse del tutelaje capitalista de
las grandes potencias y de construir los caminos propios como pueblo organizado,
declaramos nuestro carácter antiimperialista, propugnando y exigiendo respeto
por la soberanía y autodeterminación de los pueblos.
Es por esto que hemos asumido la responsabilidad
de transformar el Movimiento Ukamau en un instrumento de organización política
más amplio, con el objetivo de luchar por los intereses inmediatos de las
trabajadoras y trabajadores, así como por los intereses más generales del
pueblo al que pertenecemos, como parte de un esfuerzo integral de construcción
de la fuerza social necesaria para que la clase trabajadora conquiste el poder
político en Chile y comience la superación de las formas capitalistas de
organización de la sociedad.
Esto contempla en el mediano plazo
impulsar un proceso que nos permita confluir con otras agrupaciones,
colectivos, organizaciones, movimientos y partidos con objetivos programáticos
similares, en la constitución de un instrumento potente al servicio de los
intereses de nuestro pueblo.
Nuestras prioridades serán mantener y
extender geográficamente nuestra lucha por la vivienda y el derecho a la
ciudad, abordando otros procesos de organización y lucha colectiva en los
territorios, como los socio-ambientales. Asimismo, buscaremos ampliar la base
de nuestra organización hacia otros sectores del movimiento social, comenzando
con el estudiantil y sindical, apuntando a coordinar nuestros esfuerzos
sectoriales con otros movimientos sociales y contribuir
al enriquecimiento de las plataformas de lucha en sus contenidos
reivindicativos y políticos, en la perspectiva de un nuevo proyecto político
popular.
Valorando todas las formas de lucha
contra las distintas administraciones del Estado neoliberales y los sectores patronales, privilegiaremos siempre aquellas
que nos permitan, a la vez que lograr efectividad en la lucha y las mejores
condiciones inmediatas, lograr también mayores niveles de organización,
movilización y conciencia política de las trabajadoras y los trabajadores de nuestro
país.
Es por esto que, basándonos en nuestra
propia experiencia y en lo que hemos podido aprender de otros movimientos
sociales, consideramos que nuestra principal fuerza está en
la organización y la acción directa de las trabajadoras y trabajadores en la
toma y defensa de sus derechos frente al empresariado explotador y a las
distintas administraciones del Estado neoliberal.
Creemos firmemente que son las
trabajadoras y trabajadores, y el pueblo en su conjunto, quienes deben darse su
propia legalidad, ya que la actual, heredada de la dictadura militar y
fortalecida durante los últimos 25 años, favorece desproporcionadamente los
intereses de los grandes grupos empresariales y los sectores asociados a ellos.
Sin embargo, no despreciamos el uso de las limitadas herramientas legales
disponibles para la lucha reivindicativa coyuntural, ni desconocemos la
potencialidad de ciertos espacios de poder institucionales como herramientas de
lucha y transformación social en manos del pueblo y en función del
fortalecimiento de un nuevo proyecto popular. Son formas de lucha que
consideramos legítimas, pero complementarias y subordinadas a la organización,
movilización y la acción directa de las trabajadoras y trabajadores.
Considerando que la transformación
social implica también transformarnos a nosotros mismos, serán elementos
transversales de nuestra práctica política: la no discriminación, distinción ni
exclusión en todos sus sentidos, ya sea por cualquier motivo, circunstancia o
condición; la incorporación de la perspectiva de igualdad de las personas en
todos los ámbitos, ya sea familiares, laborales o sociales, con independencia absoluta
de su género; la formación permanente de nuestras compañeras y compañeros; y las
formas democráticas y transparentes de liderazgo, trabajo y decisión colectiva.
En el proceso de crisis y fragmentación
del bloque dominante en Chile, creemos que la única posibilidad de constitución
de un bloque alternativo que permita a nuestro país salir del neoliberalismo,
pasa por una alianza amplia entre distintos pueblos, fragmentos de clase y
sectores sociales, que logre aislar a los grandes grupos económicos, disolver
su estructura monopólica y desarticular sus redes de poder.
Actualmente los grupos medios, que han
sido los primeros en reaccionar frente a la crisis política, económica y social
del neoliberalismo en Chile, articularse y desarrollar recursos de poder a
través de la movilización masiva, son quienes constituyen el eje de
construcción de ese nuevo bloque histórico anti-neoliberal, lo que reconocemos
y valoramos. Sin embargo, no está decidido aún si los sectores medios jugarán
un rol restaurador del neoliberalismo o un rol progresivo en la construcción,
tanto de una nueva institucionalidad, como de las bases de un nuevo modelo de
desarrollo, que amplíen nuestras posibilidades de organización autónoma.
Es por esto que el sentido y el
carácter de clase de este nuevo bloque histórico, que consideramos se encuentra
en proceso de conformación en nuestro país, es un campo en disputa, y en este
proceso es central el rol de las trabajadoras y trabajadores y del movimiento
popular, tanto como un contrapeso a las tendencias continuistas y restauradoras,
como en la transición de un bloque anti-neoliberal a uno anti-capitalista. Esto
señala los marcos en que hemos decidido desarrollar nuestra acción política.
Finalmente, consideramos que el capitalismo
tardío, en su etapa de enclaves de desarrollo y globalización financiera, no
puede ofrecer al conjunto de la humanidad otras perspectivas que el
empobrecimiento, la exclusión y criminalización de las grandes mayorías de la
población alrededor de todo el mundo, y un estado de guerra permanente, como un
mecanismo de ajuste crónico de sus estructuras y de control de las masas
desposeídas. Al neoliberalismo le sobra gente.
Nuestra respuesta frente a esta situación,
es ampliar la escala de nuestros sueños y esperanzas, y unir nuestro destino al
de nuestras hermanas y hermanos, tal como lo viene haciendo la clase
trabajadora desde el inicio de sus luchas. Ya tenemos un vínculo de solidaridad
y trabajo con otras organizaciones de Nuestra América, que ahora convertiremos
en una política sistemática y permanente.
Luchando avanza el pueblo
A reconstruir la iniciativa popular
Ukamau
Chile, Abril del 2017
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