La
migración que movió los muros de la ciudad
En 1929 se produjo la crisis
económica más importante en la historia del capitalismo. Chile fue uno de los
países más golpeados producto de su fuerte dependencia de la exportación
(minera). Desatada la crisis en el norte salitrero, el sur carbonífero y
agro-ganadero la población cesante debió buscar nuevos horizontes.
La respuesta de la elite chilena fue
débil. Los empresarios nacionales no eran productivistas (industriales) por lo
que no promovieron activamente un proceso de industrialización. Sólo cuando el
país se vio sin recursos ni bienes (de todo tipo), impulsaron tímidamente,
desde el Estado, la industrialización por sustitución de importaciones (ISI).
La Corporación de Fomento de la
Producción (Corfo), creada en 1939, ejecutó acciones que permitieron echar las
bases de dicha industrialización en el país, para lo que creó grandes empresas,
indispensables para el desarrollo de Chile, como la Empresa Nacional de
Electricidad (Endesa), la Empresa Nacional del Petróleo (Enap), la Compañía de
Acero del Pacífico (Cap) y la Industria Azucarera Nacional (Iansa), entre
otras.
Corfo dio un fuerte impulso a
actividades como la electrificación del país, el comercio y el transporte - estableciendo
una red nacional de frigoríficos, diversas empresas públicas de transporte y
hotelería, la minería y la
industria, favoreciendo el desarrollo de numerosas empresas como Laboratorio
Chile, Pesquera Arauco, Industria Nacional de Neumáticos (Insa), Chile Films y
Manufacturas de Cobre (Madeco), por nombrar sólo algunas.
Este proceso industrializador motivó intensas
migraciones de campesinos y mineros a los centros urbanos y en especial a la
capital, motivados por la oferta de mano de obra y la promesa de mejores condiciones
de vida. Santiago inició un proceso de desarrollo acelerado y vertiginoso que
terminó por transformar completamente la fisonomía de la ciudad.
Fue aumentando el poblamiento de
los bordes urbanos. Hacia el oriente (Providencia y Ñuñoa), por acción de las
clases medias y altas; hacia el norte (Conchalí), por los estratos bajos y
hacia el occidente (Quinta Normal, Barrancas) y el sur (San Miguel) por sectores
medios y bajos. Los nuevos llegados a la ciudad también encontraron un cambio
en las tecnologías de transporte que permitió el poblamiento más alejado de sus
fuentes laborales. El motor diesel transformó completamente el modo de
desplazarse en la ciudad, lo cual permitió la urbanización y el poblamiento
incluso de “Lo Chuchunco”.[1]
La ciudad, que llegaba hasta la
antigua Estación Central de trenes, vio crecer las viviendas de los nuevos
habitantes. Allá, en lo que hasta en ese entonces eran los extramuros de la
ciudad, en donde antaño se preguntaban ¿Dónde quedó el río?[2]
Este proceso
acelerado de migración campo-ciudad, fue acompañado por el aumento de la
población nacional (pasó de 3 a 6 millones entre 1900 y 1940), la concentración
mayoritaria en Santiago (30% del total nacional), y la distribución desigual
del ingreso (expresado en falta de vivienda y urbanización para la clase
trabajadora), vale decir, cuatro tendencias históricas que provocaron un
déficit habitacional estructural. Según el Censo de 1952 de los 5,9 millones de
habitantes del país 2 millones carecía de habitación, es decir, el déficit
ascendía a las 400.000 viviendas.
La inflación hizo
que muchas familias no pudieran seguir pagando arriendo en los conventillos.
Mucha de la población migrante sin recursos debió ubicarse en sitios eriazos
(orillas de Río Mapocho, canal Zanjón de la Aguada), fue así como nacieron las
Poblaciones Callampas en los años 40.
Organizados por la
izquierda, los pobres de la ciudad comenzaron a ser vistos como una potencial
amenaza al orden establecido. La DC los bautizó como “pobladores marginales”
para enfatizar en sus actitudes de pasividad que requería de la acción de la
Iglesia y el Estado.
Población
Los Nogales
La Población Los Nogales, es una gran población
que nace a partir de este proceso a finales de la década del 40. Este sector,
ubicado en el área sur de lo que hoy es la comuna de Estación Central, surge
cuando un grupo de aproximadamente 90 familias de los cités de Estación Central
y la población “Lautaro”, aburridos de vivir en las malas condiciones que les
ofrecía la ciudad, comienzan las gestiones con la Corporación de Vivienda (Corvi) para obtener un lugar definitivo donde
asentarse. Al no recibir respuesta, lo vecinos proceden a hacer toma de terrenos
del Seguro Obrero, una chacra llamada “Los Nogales”.
Luego de conversaciones con el gobierno de la
época, a cada familia se le asigna un sitio demarcado por cuatro estacas: 10
metros de frente y 20 de largo. No había luz, agua ni alcantarillado. Los camiones
del ejército eran los encargados de trasladar las familias y dejarlas en un
potrero sembrado de frondosas maravillas.
Así, el 8 de enero de 1948, marca
el comienzo de la población Los Nogales. Esta temprana “Operación Sitio”, es la
razón por la cual las manzanas son homogéneas y las viviendas diferentes.
Producto de la autoconstrucción es la diversidad y variedad de sus
construcciones y soluciones. Viviendas que nacían parecidas, pero distintas una
tras otra, como callampas después de la lluvia, conformando una de las primera
poblaciones callampas de Chile.
La historia de esta población es de
organización constante, desde un principio, cuando tuvieron que trazar las
calles, postear para tener luz y gestionar pilones para el agua. Fue sólo en
base a ese tesón organizativo que el barrio pudo salir adelante.
Los Nogales ha sabido de tormentosos barriales
y polvorientos veranos. Frente a cada inclemencia de la naturaleza su gente
supo buscar la solución en el trabajo colectivo y organizado, el talento creativo
y la fuerza de trabajo popular puesta en función de las soluciones a los
problemas.
En esta línea de reflexión, vale la pena
recordar otro gran hito dentro de la historia de la población: La formación de
una brigada de bomberos. Durante la década de 1950, los vecinos se reunieron y
organizaron para combatir los incendios que los afectaban, los cuales podían
durar horas debido al material ligero de las construcciones. Luego de mucho
esfuerzo, y con mucha organización se fundó el 20 de noviembre de 1959 la
decimosexta compañía del cuerpo de bomberos de Santiago, "Bomba
Chile".
La población Los Nogales constituye el alma de
la zona sur de la comuna de Estación central. Es una población madre y
referencias a ella las encontramos en la mayoría (sino la totalidad) de las
poblaciones aledañas: Alessandri, Robert Kennedy, La Santiago, La Palma, La
Bonilla, Villa Francia y otras.
La Población Santiago
Aledaña a la Población Los Nogales, nace en la
mitad de la década de los 60, una población que recibe, en su mayoría, a la
segunda generación de aquellos que llegaron a poblar ese sector de la ciudad.
La Población Santiago.
Trajeron sus sueños y esperanzas a un proyecto
que recién veía sus primeros trazos en las calles que diseñaron desde la CORVI
(Corporaciòn de la Vivienda). El mismo tesón, creatividad y esfuerzo que dio
vida a Nogales, se vuelca a la construcción de la Población Santiago.
En esta población, en la década de los 80,
durante el periodo más cruel en términos represivos y económicos de la
dictadura militar y amparados en la capilla del sector, un grupo de jóvenes se
organiza y retoma la lógica de autoorganización, dando vida, en torno a un taller de filosofía, a una primera organización
llamada We Wentru. Estos jóvenes pobladores tenían una visión sobre la
educación como motor del progreso social y no como medio para escalar
socialmente.
De esta agrupación inicial, ya alejados del
amparo eclesial y con una lógica de autonomía y autogestión, nace en 1987 la Agrupación
de Talleres Culturales Ukamau (Así Somos, en lengua Aymará), formando a otros jóvenes en el uso de instrumentos
musicales, folclor, serigrafía, gasfitería, muralismo, artesanía y discusión de
la situación política del país. También, desarrollando actividades de apoyo
escolar para los niños de la población, un pre-universitario y apoyo para
exámenes libres de pobladores adultos que no terminaron su educación formal,
articulando una coordinación regional de centros culturales, bibliotecas y centros
de educación popular. Incluso, el año 2008, junto a otras organizaciones
sociales, dando vida al periódico El Quinto, como un medio de comunicación
popular que en sus páginas diera cabida a un sector social completo ninguneado
por los medios de comunicación oficiales.
Al 2015, el Ukamau se ha conformado como la
fuerza social de pobladores de mayor masividad e importancia de esta comuna, y
por qué no decirlo, del país.
¿Pero cómo se gestó esto?
El año 2010, buscando aumentar la
participación de pobladoras y pobladores en el Ukamau, la organización realiza
un diagnóstico de necesidades de la población el cual arrojó que 425 familias
vivían como allegadas. En la búsqueda de una solución, en febrero del 2011
constituyen un comité de vivienda, que, como resultado de intensas
conversaciones, logra definir los principios fundamentales mediante los cuales
llevarían a cabo el proceso de lucha por el derecho a la vivienda.
En primer lugar, deciden quedarse dentro de la
comuna de Estación Central, fundamentando su decisión en argumentos, históricos,
sociales, económicos y ambientales. La gran mayoría de quienes integran Ukamau
son 4º generación de los primeros habitantes llegados del campo a la ciudad a
poblar en donde antes nada hubo. En segundo lugar, quedarse en Estación Central
significaba quedarse en una ubicación cercana al centro, con áreas verdes y
buena conectividad, descartando una ubicación en la periferia, donde no hay
trabajo, se alargan los tiempos de movilización, se reducen las áreas verdes y
se pierden las redes de cooperación con que las familias cuentan.
La Maestranza de San Eugenio[3]
Los terrenos de la Maestranza de Ferrocarriles
San Eugenio (MSE) son cuarenta y tres hectáreas, ubicadas en el suroriente de la comuna de Estación Central. Su
construcción marcó el inicio de la urbanización de la zona sur poniente de la
comuna de Santiago a principios del siglo XX. Alberga inmuebles bajo la
categoría de monumento históricos en el contexto de una zona típica que protege
aproximadamente el treinta por ciento de los terrenos industriales
ferroviarios, monumentos históricos muebles y zonas de conservación histórica
para vivienda obrera a través del Plan regulador de Estación Central, sin
embargo, en el resto del terreno existe un importante patrimonio cultural aún
no protegido.
La MSE y las poblaciones obreras que la
circundan, son representativas del Estado de Bienestar y del periodo de industrialización
en Chile, representando un patrimonio cultural conformado por espacios
fabriles, vivienda obrera y equipamiento social ubicados en una proximidad
única en la ciudad de Santiago.
La MSE en el pasado ha sido objeto de una
serie de proyectos de ordenamientos tales como Maestranza 21 y la urbanización
mediante el nuevo Plan regulador de Estación Central, así también ha sido
considerada como parte de otros proyectos tales como el Plan Anillo Interior y
Operación Estación Central.
Hoy el sector sur poniente de la comuna de
Santiago y los terrenos de la MSE se encuentran en camino a reactivarse,
mediante una serie de proyectos urbanos tales como el Parque la Aguada, una
estación de la futura Línea 6 de Metro, una estación intermodal, el cambio al
Plan Regulador de Santiago y un canal de televisión reutilizando instalaciones
industriales del sector.
Un hito en la historia del Ukamau, lo
representa el compromiso de venta por parte de Ferrocarriles (2011) de dos y
media hectáreas de terrenos que los pobladores requerían para radicarse. Esta
empresa no contemplaba la construcción de vivienda social en la futura
urbanización del enclave, ya que entorpecía y encarecía el negocio inmobiliario
que, a través de la inmobiliaria INVIA, se esperaba llevar a cabo en esos
terrenos.
Debido a la Ley Orgánica de Ferrocarriles,
para evitar la depreciación de los terrenos, las ventas debían llevarse a cabo
mediante tasación y licitación, pasos que han sido llevados a cabo de manera
favorable para la organización de pobladores. Ukamau logró –tras grandes
dificultades- que INVIA junto al Municipio, comenzaran el desarrollo de un Plan
Seccional, a la vez que una autogestión sin EGIS, logrando aumentar en siete
metros cuadrados cada una de las viviendas del conjunto.
El trabajo de la organización concitó el
interés de tesistas de arquitectura los cuales desarrollaron el proyecto
habitacional asesorados por la oficina del arquitecto y Premio Nacional de
Arquitectura (1983) Fernando Castillo Velasco. Si bien el diseño se encuentra
definido, su ubicación aún puede ser modificada dentro de los terrenos de la
nueva urbanización.
El movimiento considera que las instalaciones
industriales patrimoniales de la maestranza San Eugenio deben tener un uso
cultural inter comunal, y que las decisiones del Plan maestro para la nueva
urbanización han sido hasta el momento correctas, definiendo la posibilidad de
construcción de edificios de hasta doce pisos y equipamiento comercial a nivel
comunal. Serán los primeros habitantes de los terrenos ferroviarios esperando
cohabitar con aquellos que lleguen posteriormente a la urbanización. Así mismo
ya se han contactado con la organización Vecinos por la Puesta en Valor del
Barrio San Eugenio, los cuales han asumido desde 2012, la tarea de lograr una
declaratoria de zona típica para los barrios obreros que circundan los terrenos
de la MSE.
El trabajo de organización de la comunidad
requirió altos niveles de participación a la vez que un profundo trabajo de
cambio de actitud y disposición de los pobladores. En este sentido durante las
distintas asambleas acuñaron frases como “tu hogar es todo el barrio” y “nadie
te va regalar casa” las que intentan doblar la mano a cualquier lógica
individualista.
Estos intentos por profundizar en la idea de
comunidad y cooperación tenían también un fin práctico, puesto que hasta ahora
la totalidad de los pobladores habían habitado en casas, sin embargo, debían asumir
ahora que debían aprender a vivir en departamentos.
Ukamau lucha por
el reconocimiento constitucional del Derecho a una Vivienda Digna y el fin a la
privatización de la vivienda social, una Ley General de Vivienda, desarrollada
en conjunto con las organizaciones nacionales de allegados y deudores
habitacionales y un Programa de Emergencia de construcción de Viviendas
Sociales, desarrollado en conjunto con las organizaciones nacionales,
regionales y comunales de allegados.
El sentido y el valor que posee el llegar a Maestranza
San Eugenio, es que da continuidad a procesos históricos de urbanización
vinculados a la identidad de la gente trabajadora, dado que en este sector de
la ciudad se registran una diversidad de formas en la que estos grupos sociales
tuvieron acceso a la vivienda. Sin embargo, hoy su ubicación obedece a los
propios esfuerzos de una comunidad ejemplar, capaz de organizarse y plantearse
un objetivo común.
La construcción de este proyecto de vivienda
social en los terrenos de la MSE permitirá que un grupo importante de familias
se localicen en áreas centrales de la ciudad, reconociendo y manteniendo las
ventajas que este tipo de ubicación ofrece a los habitantes urbanos. Además,
representa una oportunidad para reconocer el valor social del patrimonio cultural,
poniendo de manifiesto la dificultad de ciertos grupos para acceder a este tipo
de suelo.
La eficacia del movimiento de pobladores habla
sin duda de capacidades de gestión y negociación destacables, valor agregado
por aquellos integrantes del movimiento que han decidido poner a disposición de
este proceso sus conocimientos y disponibilidad de tiempo, así como la
asertividad del discurso planteado por un grupo ciudadano que reclama los
derechos que posee y a la vez que exige otros nuevos.
Aland Castro, coordinador nacional del Movimiento de Pobladores Ukamau
[1]
Allí, en esa prolongación de terrenos rurales hacia el Oeste de la ciudad de
Santiago y desde la quebrada de García Cáceres, se encontraba la mentada
Chuchunco, más o menos desde el sector que hoy corresponde a la Estación
Central, hacia el Oeste. Correspondía entonces, y desde los inicios de la
capital chilena, a un paraje inhóspito, y los indígenas le habían colocado tal
nombre, según comenta René León Echaíz en "Historia de Santiago",
porque desde allí se podía ver cómo las aguas del río Mapocho eran
consumidas por las tierras de la proximidad, como si se las tragase. "¿Chu-chun-co?",
en mapudungún, significa entonces algo así como "¿Dónde quedó el
río?", "¿Qué se hizo el río?". Pagina Urbatorium {citado 9 de abril 2015} disponible en
http://urbatorium.blogspot.com/2009/05/chuchunco-no-quedaba-tan-lejos.html
[3] SITIO CERO, 9 de enero
de 2014. Maestranza San Eugenio: Ukamau y el ciclo de la vivienda social.
Disponible en:
http://sitiocero.net/2014/maestranza-san-eugenio-ukamau-y-el-ciclo-de-la-vivienda-social/
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